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La carne de cerdo es buena para la salud

Publicado el 17/11/2015

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Estas creencias de que la carne de cerdo pudiera ser nociva se remontan a que, hace unos 35 años, el cerdo era utilizado como, fundamentalmente, proveedor de grasa para cocina y jabones. Expertos de Veterinaria y Medicina afirman que la carne de cerdo es más saludable que la de vaca y el pollo.

Tiene menos lípidos, grasas y sodio que las dos anteriores (siendo esto un dato relevante para los pacientes con enfermedades cardiovasculares o hipertensión), aporta más vitaminas (sobre todo de las de los grupos B [que ayuda a las células del organismo a convertir carbohidratos en energía], siendo B1 y tiamina cinco veces superior a las cantidades de otras carnes [la tiamina es una vitamina que interviene en el metabolismo energético y en la conducción nerviosa] y C) y, tras realizar varios estudios, se llegó a la conclusión de que la carne de cerdo tiene mejor valor nutricional, hasta 10 veces más.. Hay que destacar que los nutricionistas recomiendan cortes más magros.

Durante años, la carne de cerdo tuvo una "mala reputación", ya que la consideraba con un alto contenido en grasa, asociado al aumento de colesterol y a una posible enfermedad parasitaria. Sin embargo, en la actualidad, los profesionales veterinarios y nutricionistas médicos han desmentido estas cuestiones porque ya están seguros de que comer carne de cerdo es beneficioso.

Podemos considerar al cerdo una carne magra, dependiendo del corte. Existen en los cortes dos tipos de grasa: la intramuscular (que varía de acuerdo al corte y a la actividad del músculo) y la externa (que debe ser removida antes de cocinar la carne). Cuando hablamos de grasa por corte, nos referimos a la intramuscular. El cerdo se puede considerar como una carne con bajo contenido graso, de acuerdo al corte elegido y al correcto desgrasado externo, ya que el 70% de la grasa del cerdo está por debajo de la piel (tocino).

Las grasas del cerdo, al contrario que las de la vaca, tienen la ventaja de variar según la alimentación que reciba el animal. Los animales alimentados con pasturas adecuadas presentarán cortes más magros y con mejor calidad de grasas. La carne de cerdo aporta un 60% de grasas instauradas (principalmente monoinstauradas) beneficioso para nuestro organismo, mientras que la carne de vaca tiene un 55% y el cordero un 47%. Al no ser rumiantes, los cerdos no fabrican grasas trans (relacionadas con el aumento del colesterol sanguíneo), al contrario que las vacas.

Podemos concluir en que la carne de cerdo es saludable y recomendable. Puede ser incluída dentro de un plan de alimentación saludable hasta dos veces por semana, eligiendo cortes magros y quitando grasa externa visible.

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